Wall Street dictará sentencia, aunque antes deberán hacerlo los ciudadanos estadounidenses. Donald Trump y Joe Biden son las opciones que el pueblo americano tiene en su mano para devolver el esplendor y la prosperidad económica al país más influyente del planeta.
Por el momento, los ciudadanos siguen considerando que Donald Trump es el mejor candidato para mejorar la economía de Estados Unidos. Sin embargo, este dado no es en mismo decisivo, ya que a la hora de votar influyen un amplio abanico de matices y detalles.
Es probable que un votante considere que Trump es el mejor candidato para mejorar la economía del país, pero decida no votarle por cuestiones como la salud del presidente, como se comporta ante temas de actualidad o incluso dependiendo de su raza.
Por otra parte, está el tema del empleo. Aquí la crisis del coronavirus tiene mucho que decir. Antes de la llegada de la pandemia, Estados Unidos disfrutaba de un amplio crecimiento económico, con las cifras de desempleo bajo mínimos y un acuerdo comercial con China que acabaría siendo muy favorable para los intereses de la industria americana.
A estas alturas, la situación es muy diferente. La incertidumbre laboral sigue acechando a los ciudadanos americanos y, en el caso de Trump, ha pasado de tener la oportunidad de superar a Clinton en creación de puestos de trabajo a ser uno de los pocos presidentes de la historia de Estados Unidos que va a llegar a las elecciones con menos empleos de los que se encontró a su llegada. Es un palo muy duro.
Como comentaba, existen otros factores más allá de la economía que hacen decantar el voto de un lado u otro. Uno de ellos, y especialmente decisivo entre los inmigrantes, es la política inmigratoria.
En este ámbito es donde se encuentran los datos más curiosos. En contra de lo que pueda parecer, Obama ha expulsado a bastantes más inmigrantes ilegales que Trump. De hecho, en su cuarto año de mandado en la Casa Blanca, la administración de Obama expulsó a más de 400.000 inmigrantes frente a los 178.000 de Donald Trump. Es una cifra altamente sorprendente si tenemos en cuenta que desde los medios de comunicación pretenden transmitir la idea de que Obama es poco menos que un ángel llegado a la política y Trump un demonio racista.
Entrando ya en materia bursátil, es sorprendente en términos estadísticos el comportamiento del SP500 durante las últimas sesiones. Está en camino de cerrar su peor semana antes de unas elecciones presidenciales.
Como siempre suele pasar, y es lógico que así sea, el mundo no recordará a Donald Trump por haber sido el presidente que más ha hecho en favor del sistema financiero, lo recordará por su gestión del coronavirus y por haber dirigido su último año de mandato en mitad de la mayor caída bursátil de la historia moderna.
No se exactamente en base a que en Europa tendemos a relacionar al Partido Demócrata con la izquierda y al Partido Republicano con la derecha. Esto es simplemente una estupidez y, quien haga referencia a esta afirmación, demuestra no tener ni idea de como funciona el mundo más allá de los viejos países socialdemócratas europeos y las Repúblicas Bolivarianas. No, en Estados Unidos la izquierda nunca ha existido.
Así pues, una vez aclarado algo que es importante, estaremos en disposición de entender el motivo por el cual los periodos demócratas han traído una revalorización mucho mayor que las administraciones republicanas. Esto, puede ser casualidad o no, allá cada uno con su idea, pero la realidad es que una victoria de Joe Biden no supone absolutamente nada malo para las Bolsas.
En el hipotético caso de haber invertido un Dólar en el SP500 en 1926, actualmente tendríamos alrededor de 10.000 dólares. Esta trayectoria ha ido de menos a más con presidentes demócratas y republicanos. De hecho, a excepción de la época de Reagan, los periodos de una mayor plusvalía son con presidentes demócratas.
En definitiva, hemos visto mercados muy alcistas con presidentes demócratas y mercados bajistas con presidentes republicanos, y a la inversa. En estos tiempos, donde las políticas monetarias parecen tener mucha más importancia que antes, las fuerzas que realmente hacen mover los mercados son de tipo económico, fiscal o de política monetaria. Es decir, quien gobierna Estados Unidos es la Reserva Federal. Ni más, ni menos.
Con todo ello sobre la mesa, según cuenta JP Morgan el SP500 podría desplazarse hacia los 3900 puntos en caso de que ganara Trump y mantenerse lateral si ganaran los demócratas. Esta situación, en mi opinión, se debe a que Donald Trump no ha sido un presidente al uso. Es decir, cuando hablamos de Donald Trump, tenemos que sacar de la ecuación al Partido Republicano. Por todo ello, y por haber sido el presidente que más ha hecho por Wall Street, creemos que sería la mejor opción de cara a las elecciones, aunque, de no ser así, nada cambiaría.
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